Acompaño parte do estudo realizado por Patrimonio no Dolmen dos Muíños, dirixido por Fernando Carrera.
VALORACIÓN DEL ARTE MEGALÍTICO DOCUMENTADO
El arte megalítico reconocido y documentado nos parece de notable interés, considerando además el alto nivel de degradación del monumento. No obstante, una razonable parte de los ortostatos sigue enterrada, por lo que puede esperarse que una futura excavación permitirá exhumar y documentar arte prehistórico en un estado de conservación aceptable.
No se han observado trazas de grabado en ninguno de los ortostatos estudiados. Sin
embargo, estamos absolutamente convencidos del carácter escultórico de los ortostatos de la cámara, que presentan en todos los casos un cierto trabajo de abrasión en los laterales de las partes superiores que les otorga un cierto aspecto antropomórfico. Es muy sugerente que todos ellos (con excepción de C2 y C4, ambos fragmentados e incompletos) presenten ese trabajo. Si a esto se añade la pintura ondulante vertical que cubriría originalmente los ortostatos es evidente el consciente carácter esteliforme otorgado a cada uno de ellos. La siguiente capa de pintura no parece ocultar esos rasgos antropomórficos, como indican las características bandas horizontales. Los aspectos tecnológicos son plenamente coincidentes con lo que conocemos para monumentos del Noroeste Peninsular (Carrera, 2006). El uso de revocos caoliníferos es ya un hecho plenamente reconocido y explicable por la amplia disponibilidad de materiales aportada por el sustrato geológico. Es asimismo habitual el uso de pigmentos negros, tanto sobre pintura simple como compleja, pero nunca habíamos documentado pigmento blanco en una pintura compleja, lo que resulta enormemente interesante.
Asimismo habitual es la identificación de minerales de hierro como composición dominante de los pigmentos rojos. Sin embargo, las publicaciones más recientes (Carrera 2006: 88 y ss.) no citan la maghemita como mineral identificado en estos pigmentos, siendo absolutamente dominante la hematita. También resulta sugerente la inexistencia de las habituales arcillas como minerales acompañantes del pigmento, apareciendo en este caso un conjunto muy coherente de minerales graníticos.
La superposición de técnicas pictóricas es razonablemente habitual en monumentos del Noroeste Peninsular. En concreto, hemos identificado (Carrera, 2006:116 y ss.) la misma superposición (compleja sobre simple) en los dólmenes portugueses de Antelas y Aliviada, así como en los gallegos de Monte dos Marxos y Mota Grande. La datación de dos capas superpuestas en Monte dos Marxos (Carrera y Fábregas, 2006: 53) señala un salto temporal entre ambas no inferior a 400 años, lo que es indicativo del largo período de uso de estos monumentos.
Esa superposición es aún más sugerente si se considera la iconografía representada. Con excepción del muy degradado Mota Grande, los otros tres monumentos citados muestran el mismo motivo ondulado vertical, ejecutado en pintura roja simple . Por lo que respecta a las bandas delimitadoras negras en pinturas complejas, se puede señalar como ejemplo de bandas horizontales la capa más reciente de pintura en Monte dos Marxos o la pintura del corredor de Dombate para las bandas verticales.
La datación radiocarbónica indicada en el epígrafe anterior, y cuyo arco más amplio abarcaría del 3600 al 3400 cal BC resulta perfectamente coherente con otras conocidas de monumentos megalíticos del noroeste peninsular. Con respecto a las dataciones de pintura megalítica, se solapa de lleno con la datación de Antelas (3650-3300 cal BC, Cruz 1995), asimismo sobre un pigmento negro, y es algo más reciente que el grueso de dataciones sobre pintura recientemente publicadas (Carrera y Fábregas, 2006: 53). Estamos con toda seguridad ante un monumento cuyo repintado se produce a mediados del IV milenio. La datación no ofrece información sobre el momento de la construcción ni sobre el momento original de pintado, que podría retrotraerse unos cientos de años (más de 400 años de intervalo entre dos momentos de pintado en el monumento de Monte dos Marxos: Carrera y Fábregas, 006:53). En otros trabajos (Carrera, 2006) hemos propuesto que este tipo de estructuras (corredor indiferenciado en planta), de técnicas (pintura simple) e iconografías (ondulados) parecen corresponder con una tradición cultural quizá algo anterior a la representada porlas estructuras de corredor bien diferenciado, con técnicas complejas (sobre preparación) y nuevas iconografías.
Na foto superior aparecen os arqueólogos Víctor Barbi, de Patrimonio e Xosé Lois Vilar, no momento da descuberta das pinturas.
El arte megalítico reconocido y documentado nos parece de notable interés, considerando además el alto nivel de degradación del monumento. No obstante, una razonable parte de los ortostatos sigue enterrada, por lo que puede esperarse que una futura excavación permitirá exhumar y documentar arte prehistórico en un estado de conservación aceptable.
No se han observado trazas de grabado en ninguno de los ortostatos estudiados. Sin
embargo, estamos absolutamente convencidos del carácter escultórico de los ortostatos de la cámara, que presentan en todos los casos un cierto trabajo de abrasión en los laterales de las partes superiores que les otorga un cierto aspecto antropomórfico. Es muy sugerente que todos ellos (con excepción de C2 y C4, ambos fragmentados e incompletos) presenten ese trabajo. Si a esto se añade la pintura ondulante vertical que cubriría originalmente los ortostatos es evidente el consciente carácter esteliforme otorgado a cada uno de ellos. La siguiente capa de pintura no parece ocultar esos rasgos antropomórficos, como indican las características bandas horizontales. Los aspectos tecnológicos son plenamente coincidentes con lo que conocemos para monumentos del Noroeste Peninsular (Carrera, 2006). El uso de revocos caoliníferos es ya un hecho plenamente reconocido y explicable por la amplia disponibilidad de materiales aportada por el sustrato geológico. Es asimismo habitual el uso de pigmentos negros, tanto sobre pintura simple como compleja, pero nunca habíamos documentado pigmento blanco en una pintura compleja, lo que resulta enormemente interesante.
Asimismo habitual es la identificación de minerales de hierro como composición dominante de los pigmentos rojos. Sin embargo, las publicaciones más recientes (Carrera 2006: 88 y ss.) no citan la maghemita como mineral identificado en estos pigmentos, siendo absolutamente dominante la hematita. También resulta sugerente la inexistencia de las habituales arcillas como minerales acompañantes del pigmento, apareciendo en este caso un conjunto muy coherente de minerales graníticos.
La superposición de técnicas pictóricas es razonablemente habitual en monumentos del Noroeste Peninsular. En concreto, hemos identificado (Carrera, 2006:116 y ss.) la misma superposición (compleja sobre simple) en los dólmenes portugueses de Antelas y Aliviada, así como en los gallegos de Monte dos Marxos y Mota Grande. La datación de dos capas superpuestas en Monte dos Marxos (Carrera y Fábregas, 2006: 53) señala un salto temporal entre ambas no inferior a 400 años, lo que es indicativo del largo período de uso de estos monumentos.
Esa superposición es aún más sugerente si se considera la iconografía representada. Con excepción del muy degradado Mota Grande, los otros tres monumentos citados muestran el mismo motivo ondulado vertical, ejecutado en pintura roja simple . Por lo que respecta a las bandas delimitadoras negras en pinturas complejas, se puede señalar como ejemplo de bandas horizontales la capa más reciente de pintura en Monte dos Marxos o la pintura del corredor de Dombate para las bandas verticales.
La datación radiocarbónica indicada en el epígrafe anterior, y cuyo arco más amplio abarcaría del 3600 al 3400 cal BC resulta perfectamente coherente con otras conocidas de monumentos megalíticos del noroeste peninsular. Con respecto a las dataciones de pintura megalítica, se solapa de lleno con la datación de Antelas (3650-3300 cal BC, Cruz 1995), asimismo sobre un pigmento negro, y es algo más reciente que el grueso de dataciones sobre pintura recientemente publicadas (Carrera y Fábregas, 2006: 53). Estamos con toda seguridad ante un monumento cuyo repintado se produce a mediados del IV milenio. La datación no ofrece información sobre el momento de la construcción ni sobre el momento original de pintado, que podría retrotraerse unos cientos de años (más de 400 años de intervalo entre dos momentos de pintado en el monumento de Monte dos Marxos: Carrera y Fábregas, 006:53). En otros trabajos (Carrera, 2006) hemos propuesto que este tipo de estructuras (corredor indiferenciado en planta), de técnicas (pintura simple) e iconografías (ondulados) parecen corresponder con una tradición cultural quizá algo anterior a la representada porlas estructuras de corredor bien diferenciado, con técnicas complejas (sobre preparación) y nuevas iconografías.
Na foto superior aparecen os arqueólogos Víctor Barbi, de Patrimonio e Xosé Lois Vilar, no momento da descuberta das pinturas.
Unha exposición ben documentada, certamente.
ResponderEliminarNon hai duda de que tamén neste concello teñen que existir mostras do megalítico, ainda sin catalogar. Como ben sabes o nome de Antas refírese a "anta" ou menhir; de feito ben perto da capital do concello hai un lugar denominado Campo das Antas.
Unha aperta.
Pois si que informaches ben. Ben interesante. A viaxe do 31 vai ser ben interesante. Pero de todos modos, grazas por organizalo. Bicos.
ResponderEliminarSaíu unha noticia na voz onte sobre esto, mágoa que a taparon. Unha aperta.
ResponderEliminarSegue tapado o dos Muíños? Sábese algo das intencións?
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